Ansiedad social

 La ansiedad social es algo así como esa amistad que es más bien tóxica porque a veces te viene muy bien pero otras te hace putadas enormes y te entran ganas de llorar. A veces puede llegar a ser un sentimiento de Tierra trágame, otras más bien un 'quiero irme de aquí', 'no aguanto más' o 'me estoy agobiando mucho'. 

Pero también te puede ayudar en pocos momentos, como cuando quieres hacer bomba de humo. Los pensamientos te invaden, y terminas con una ansiedad que necesita distancia porque sino va a ir a más, y dice 'bueno, me voy que no me encuentro muy bien'.

La ansiedad social puede joderte varios planes. Por ejemplo, a mí me fastidió el plan de salir con mis amigas una noche de fiesta por Iruña en plena pandemia de la Covid-19. Tuve un pequeño trauma porque pasé la cuarentena sola y etc., y desde entonces voy saliendo poco a poco en sociedad. Esa noche todo se me vino arriba: mucha gente, sin mascarillas, música alta que me alteraba el pulso, sentía que me faltaba el aire por la mascarilla, hacía calor pero no quería quitarme la ropa, y quería irme de ahí.

Quise aguantar por ellas, hasta que me vinieron tres chicos y me dijeron: "quítate la mascarilla, que total no te vas a morir". Recientemente había muerto un familiar. Me sentó como una puñalada en el pecho, y ahí fue cuando realmente se me vino todo encima. Me empecé a marear, y yo sólo quería salir de ahí. Se lo dije a mis amigas, y una de ellas, al ver que estaba empezando a llorar, salió conmigo del bar para ayudarme.

Fue cuando entendió que realmente necesitaba irme, que lo estaba pasando mal. Después de un par de horas caminando por Iruña, llegué al coche y me volví a casa. Este es uno de los muchos casos de ansiedad social que hay en nuestro día a día, pero a veces no los sabemos identificar. También me agobio, por ejemplo, en clase. Me da mucha ansiedad el transporte público. Un largo etcétera de casos.

La putada viene cuando esa ansiedad aparece en forma física y empiezas a emparanoiarte con posibles patologías de enfermedades corporales. STOP. No por tener ansiedad vas a estar enferma, hay muchas razones para que el cuerpo, la espalda o el pecho te duelan, ya sean por posturas, por la ansiedad misma, o la tensión que padeces en algunas situaciones. Mantén la calma, aunque a veces sea duro.

Cuando estéis en una situación parecida, tratad de escuchar lo que vuestro cuerpo necesita. Es difícil, lo sé. También es importante coger aire para intentar ver lo ocurrido con cierta distancia, y hablad con alguien. Puede ser un familiar, amistades, profesionales... o sino también hay opción de hablar con profesionales durante las 24h del día poniendo "Ansiedad" en el buscador de Instagram.

Esto va dedicado a todas esas personas que sufrimos de ansiedad, y más aún si hay momentos sociales. Lo estamos haciendo bien, no tengas prisa, que estás controlando la situación. Estoy orgullosa de ti, eres muy fuerte. Ya verás que en cuestión de minutos vas a verlo diferente. Aquí estoy para lo que necesites, muchas gracias por leerme.