Algunas personas son hipocondríacas por naturaleza. Es decir, padecen algo así como un trastorno psicológico con un exceso de preocupación por su propia salud. Esto conlleva a pensar una respuesta a cada cosa que sucede, molesta o duele en el cuerpo físico o mental.
Informalmente hablando, su principal característica sería la excesiva preocupación o el miedo por padecer enfermedades, y crean teorías subjetivas para dar respuesta a sus males. Esta cualidad genera muchísima ansiedad, tanto que se basa en dar cualquier respuesta y estar continuamente pendiente de ello. Incluso siguen teniendo preocupaciones tras un examen clínico o médico.
Otras personas nos quedamos en el camino del hipocondrismo. En las personas que sufren de ansiedad es muy común desarrollar algunas características hipocondríacas por la propia enfermedad de salud mental. Es por eso que cada vez que notamos molestias, dolores u otro tipo de comportamientos comenzamos a darles vueltas en la cabeza para saber qué nos puede estar sucediendo.
Por ejemplo, si una vez tienes una temperatura más alta que la habitual, o comienzas con síntomas de un resfriado, vienen a la cabeza las siguientes preguntas: ¿He hecho algo para poder tener covid? ¿Por qué estoy así? ¿Cuándo me he podido enfriar? ¿Por qué me está subiendo la temperatura cada vez más?
Y terminas con un agobio generalizado por la propia ansiedad, la misma que hace que esos 'síntomas' vayan a más o se descontrole tu salud mental. Hasta que aterrizas y eres consciente de que son cosas normales.
¿Sabías que existe la fiebre emocional? Probablemente mi siguiente post sea sobre esto, me estoy documentando todavía.
De momento, quiero decirte que cuando estés en una situación semejante, intentes hablar con alguien para que pueda calmarte y ver las cosas desde otra perspectiva. El hipocondrismo y la ansiedad son muy difíciles de llevar, pero se puede aprender a controlarlas. Tranquile, que seguro está todo mejor de lo que estás sintiendo, y seguro que no tienes ni el 20% de lo que tu cerebro está produciendo.
Ponte en una postura que te relaje, y respira hondo. Trata de comunicarte con alguien, de analizar las diferentes posibilidades, y, en casos complicados, de llamar a un profesional de la salud que te pueda observar y ayudar.
¡Visibilicemos la salud mental y apoyemos el sistema de salud público que tenemos para evitar que lo desmantelen aún más!
Un saludo y gracias por leerme, espero que te haya servido de ayuda.
Muy buen artículo. Estaré pendiente del siguiente. Animo Maite!!
ResponderEliminarMe ha servido de mucho tu post, muchísimas gracias!! Pd: Me gusta mucho lo que escribes y sobre todo cómo lo escribes, sigue así.
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