Hay varias formas de querer conseguir el sentimiento de la superación plena. Ésta puede ser tanto físico, mental o emocional, por lo que llevan caminos diferentes. También varía dependiendo de la situación personal de ese individuo.
La primera opción es la más optimista, que es la de superarse a sí mismo en algo, que usualmente suele ser un logro físico. Consiste en el afán de no conformarse con lo ya conseguido, sino querer todavía más, conseguir un puesto más alto, o corregir y mejorar una marca personal.
También pueden ponerse metas psicológicas, pero eso sería más referenciado en la segunda opción, que es la de superar una situación un tanto complicada. Los expertos lo llaman la capacidad de la resiliencia. Consiste en tratar de ser optimistas o positivos cuando las cosas no van por un buen camino o cuando la situación parece adversa.
Por desgracia, parte de nuestro día a día es sometido por una pequeña resiliencia, o es una capacidad que todo ser humano desarrolla en algún punto. Aunque su definición pueda parecer liosa, la práctica es aún más complicada, ya que trata de enfrentarse a sí mismo pero para evitar que una mala situación te controle y absorba.
También está la hazaña de superar a una persona en concreto en cualquier tipo de situación. Puede ocurrir muchas veces en el ámbito académico, ya que la educación se basa en la competición en cierto modo. No olvides todo el tema de las notas de corte, etc.
Pocas cosas más se me ocurren en cuanto a la superación, pero lo más importante para que ésta se dé es mantener una buena actitud optimista, comenzando desde los pensamientos intrusivos. La mente es muy difícil de controlar, ya que somos nuestro peor enemigo en este sentido, pero también hay que saber enfrentarse a las nuevas adversidades y tomarlas con tranquilidad, aunque a veces cueste, sin querer conseguir ningún afán de superación con ella.
No minimicen la salud mental, tiene que tratarse y ser tan accesible como una enfermedad física
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